Fin de la Huelga del Naval. Luces y Sombras

El conflicto de las empresas auxiliares del naval de la Ría de Vigo ha terminado… o eso dicen. El día 17 de mayo a las 3:20 horas de la madrugada se llegaba a un acuerdo entre la patronal y los sindicatos CIG y CCOO, después de 18 días de huelga. Este acuerdo es refrendado al día siguiente por las asambleas de trabajadores en los astilleros. La UGT no firmará el acuerdo, pues dice que es un engaño, ya que el acuerdo no alcanza el precio que se pagó.
La patronal, al día siguiente de refrendarse el acuerdo por los trabajadores, anunció por los medios de comunicación locales, que realizará en breve plazo la contratación de 3000 trabajadores polacos, turcos y rumanos, para aumentar la productividad. Toda una provocación… máximo cuando esto lo dice al día siguiente de alcanzar a un “acuerdo”.
Para los firmantes, incluido el sindicato “megarradical” y “megacombativo” CUT (que no tenía acceso a la mesa de negociación por su baja representatividad), el acuerdo es muy bueno, suponiendo el principio del fin de la precariedad en el sector de la construcción naval.
Para la UGT el acuerdo es regresivo, pues altera lo acordado en el convenio provincial del metal suscrito hace ahora un año.
El acuerdo incide en que las empresas auxiliares del naval (contratas y subcontratas) que trabajen para las empresas principales (astilleros), deben, por un lado, respetar los porcentajes de contratación indefinida acordados en el convenio. Las empresas que no respeten lo previsto, serán expulsadas del sector. Por otro lado, deben realizar las contrataciones a través de la Agencia de la Bolsa de Empleo (ABE), que se trata de una Agencia de Colocación creada para realizar la contratación de las plantillas de las empresas auxiliares del naval, siguiéndose un criterio de preferencias con respecto a un orden.
Pero también el acuerdo incluye la posibilidad de que las empresas auxiliares puedan encadenar contratos de obra con sus propios empleados, sin necesidad de que esos trabajadores, una vez finalizado su contrato anterior, pasen a la Bolsa de Empleo. Es más, incluso pueden encadenar contratos de obra la misma contrata con sus trabajadores para realizar obras en distintos astilleros para los que la contrata trabaje. Para esto último, debe la empresa auxiliar aumentar en un 10% los porcentajes de fijos con respecto al porcentaje establecido en el convenio.
La UGT se queja que nada de esto (concatenación de contratos) estaba acordado en el convenio, alterando por ello lo dispuesto al respecto en su redacción original. Y mucho menos aparece reflejada la posibilidad de ir rotando de astillero, pues el acuerdo de convenio trata de fidelizar a los trabajadores en un mismo astillero.
Por otro lado, resulta curioso que la empresa auxiliar que originó el conflicto (“MONESA”), por no tener a ningún trabajador fijo de plantilla, no figure mencionada en el acuerdo. En esta empresa hay que mencionar que la representación unitaria está configurada así: 6 delegados de la CIG y 3 de la CUT. Ya hay voces que incluso hablan de que este conflicto estalla por las luchas entre estos dos sindicatos nacionalistas.
¿Hasta qué punto este acuerdo salva a la patronal de cumplir lo previsto en la última reforma laboral, de realizar fijos de plantilla a los trabajadores que, en un periodo de 30 meses, realicen durante más 24 meses un trabajo en el mismo puesto?
El acuerdo, no nos convence, y parece que la patronal arranca un tanto importante con respecto a lo previsto en el convenio provincial del metal firmado el año pasado, ya que aumenta la movilidad ¿con qué objetivo?, y puentea el orden y el sistema de preferencias fijado en la Bolsa de Contratación.

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